El Reiki es un método de curación por imposición de manos que canaliza una energía universal de amor incondicional. La energía es transmitida imponiendo las manos en los centros energéticos (chakras).
Una sesión puede durar entre 20 y 50 minutos. Las sesiones pueden darse también a distancia.
El Reiki puede ser utilizado para sanar a personas, animales, plantas y situaciones del presente, pasado y futuro. Del mismo modo, puede acelerar la sanación actuando en los planos físico, emocional, mental y espiritual. Es un excelente complemento de la medicina tradicional y puede ser utilizado a la par con otras modalidades.
Sus seguidores afirman que su práctica habitual puede aliviar e incluso curar dolores crónicos como la artritis, reuma o migrañas y una lista interminable de dolencias y carencias. También acelera la recuperación de lesiones óseas y musculares, ayuda al organismo a combatir infecciones o mitigar el estrés y la ansiedad. Los que lo practican aseguran que cuanto más Reiki se hace, mejor se siente. Y es que descubrir que la salud y la felicidad están al alcance de la mano, lo cambia todo.
Cuando la energía se bloquea, por cualquier circunstancia, es cuando se produce una enfermedad. La imposición de las manos en la zona, donde la energía ha quedado bloqueada, sirve para disolver ese estancamiento que impide que la energía fluya y así devolver el equilibrio al organismo.
El Reiki es un tratamiento no invasivo. Es una terapia milenaria japonesa para sanar a través de las manos. Las personas que lo reciben aseguran que es asombroso como funciona y muchas afirman que ha cambiado su vida. Incluso la medicina convencional, siempre escéptica ante este tipo de técnicas alternativas, ya ha empezado a impartirlo en hospitales. De hecho, en Estados Unidos y Reino Unido ya se utiliza en más de 1.000 centros hospitalarios y está incluido en el Sistema Público de Salud. Entre otros, muchos pacientes de cáncer reciben sesiones de Reiki, ya que se ha usado con éxito en combinación con la quimioterapia para ayudar al organismo a mantener la fortaleza física necesaria para soportar el tratamiento.
El Reiki no sólo es compatible con cualquier tratamiento médico, sino que además actúa como complemento, ya que en ningún caso se recomienda suspender ninguna medicación para sustituirla con esta técnica. Además, está reconocida como terapia alternativa por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 1978.
Aunque esta práctica de canalizar energía tiene más de 3.000 años de antigüedad, cayó casi en el olvido hasta que fue rescatada por el doctor Mikao Usui, un monje y catedrático japonés al que se considera el primer maestro Reiki.
El Reiki parte de una tesis muy sencilla: que el ser humano es "todo energía", afirmación que aunque parece muy esotérica comparte aspectos con la física cuántica.
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